Había una vez, en un tranquilo pueblo de campo, un rumor que comenzó como una pequeña chispa y pronto se convirtió en un incendio forestal de desinformación. Todo comenzó cuando un residente local afirmó haber visto a un extraño animal merodeando por los campos en la oscuridad de la noche. Sin una confirmación sólida, la imaginación de la gente comenzó a volar descontroladamente.
Pronto, el rumor se convirtió en una historia de un "monstruo" que acechaba en los bosques cercanos, alimentándose de animales domésticos y, según algunos, incluso de niños desobedientes. Aunque algunos lo consideraban absurdo al principio, la emoción y el miedo se apoderaron rápidamente de la comunidad. La historia cobró vida propia, alimentada por el boca a boca y las exageraciones.
Pronto, la noticia del "monstruo del bosque" se extendió más allá de las fronteras del pueblo, llegando a los medios de comunicación locales y a las redes sociales. La narrativa se amplificó con dramáticos titulares y testimonios exagerados, creando un fenómeno viral en línea. La gente de otras comunidades comenzó a expresar su preocupación y a compartir historias similares, incluso si no tenían evidencia directa.
A medida que la historia crecía, la verdad se perdía en el laberinto de la especulación y el sensacionalismo. Se organizaron expediciones de búsqueda, se emitieron advertencias a los niños para que no se aventuraran cerca del bosque y se difundieron teorías sobre la naturaleza y los orígenes del supuesto monstruo.
Sin embargo, a medida que pasaban los días y no se encontraba ninguna evidencia tangible, algunos comenzaron a cuestionar la veracidad del rumor. Se llevaron a cabo investigaciones más exhaustivas, y finalmente se descubrió que el "monstruo del bosque" no era más que un gran perro callejero que había escapado de una granja cercana.
La verdad, sin embargo, no pudo extinguir por completo el mito que se había creado. Aunque la comunidad respiró un suspiro de alivio al saber que no había ningún monstruo real acechando en los bosques, el incidente sirvió como un recordatorio vívido de cómo los bulos pueden propagarse sin control y desencadenar un pánico colectivo basado en la nada más que la imaginación y la exageración.
Tantos años siguiéndote Iker y ahora le das voz a estos personajes de la extrema derecha. No quiero comentar nada más, porque me da mucha pena... Tantos años siguiéndote en Milenio 3
Un saludo de Viajero en el Tiempo