El concepto de verdad absoluta ha sido objeto de debate filosófico y epistemológico durante siglos, y no existe un consenso definitivo sobre quién, o qué, posee la verdad absoluta. Sin embargo, puedo ofrecerte una visión general sobre cómo se ha abordado esta cuestión a lo largo de la historia.
En la filosofía occidental, la búsqueda de la verdad absoluta ha sido un tema central desde los tiempos antiguos. Filósofos como Platón sostuvieron la existencia de una realidad objetiva e inmutable, a la que se puede acceder a través de la razón y el conocimiento. Para Platón, esta verdad absoluta residía en las Formas o Ideas perfectas, que eran universales e invariables.
Por otro lado, en la tradición filosófica del pragmatismo, promovida por pensadores como William James y John Dewey, la verdad se concibe como algo que es útil y práctico en lugar de absoluto. Según esta perspectiva, la verdad es relativa y depende del contexto, la experiencia y las necesidades humanas.
En el ámbito religioso, muchas personas creen que la verdad absoluta reside en las enseñanzas de una deidad o en textos sagrados. Sin embargo, incluso dentro de una misma tradición religiosa, puede haber interpretaciones divergentes sobre lo que constituye la verdad absoluta.
Desde una perspectiva científica, la verdad se busca a través del método científico, que se basa en la observación, la experimentación y la verificación empírica. Sin embargo, la ciencia misma es un proceso en constante evolución, sujeta a revisión y actualización en función de nuevos descubrimientos y evidencia.
En resumen, la cuestión de quién posee la verdad absoluta es compleja y está sujeta a múltiples interpretaciones filosóficas, religiosas y científicas. Algunas personas pueden creer que la verdad absoluta existe en forma de principios universales o divinos, mientras que otros pueden sostener que la verdad es relativa y contextual. En última instancia, es un tema que sigue siendo objeto de reflexión y debate en el ámbito académico y humano.
Un saludo de Viajero en el Tiempo