MI GRAN HOMENAJE A MIGUEL DE UNAMUNO
"Acabo de oír el grito de ¡viva la muerte! Esto suena lo mismo que ¡muera la vida! "
De RQHkczfZ2byV-w en el Instituto Cultural de Google resolución máxima, Dominio público, Enlace
Retrato de Unamuno, por Joaquín Sorolla (c. 1912, óleo sobre tela, 1430 × 1050 mm, Museo de Bellas Artes de Bilbao).
Hola, soy Miguel, nací en la década de los setenta del siglo pasado, en una región de Andalucía. Estoy casado con una mujer, la cual profesa con gran fervor la religión cristiana. Yo hace tiempo que dejé a un lado esta religión, porque razonando sobre ella, no encuentro ningún motivo para seguir al cristianismo. Vivo en un pueblo, donde las profesiones marianas son muy frecuentes, la Semana Santa es seguida por casi todo el pueblo y hay muchos habitantes en este pueblo, que se autoproclaman cristianos. Yo veo mucha hipocresía por parte de la gente y de los representantes de esta religión.
Muchas fiestas en este pueblo, están relacionadas con la religión que antes he mencionado. Yo tengo muchos enfrentamientos con mi mujer, porque no me gusta ir a esas fiestas, no me atraen y mi intelecto reniega profundamente de todo ello. Mi mujer intenta convencerme, ella da catequesis en la Iglesia de mi pueblo, pero hasta ahora sin ningún resultado por su parte, yo sigo siendo agnóstico. La educación religiosa a mis hijos está a cargo de mi mujer, yo no me meto en nada, por lo tanto soy tolerante, aunque no lo comparta.
Muchas veces pienso y lo pienso a menudo, que cuando morimos no se debe acabar todo, porque no tendría sentido, tiene que haber algo más, pero hasta ahora no lo sé. Me atormenta el hecho, de que después de llevar una vida, muchas veces desgraciada y con muchos problemas, todo termine con la muerte, y me hace acercarme a la fe, me gustaría pensar en la inmortalidad de nuestra alma, en un paraíso, pero que no ha sido demostrada ni por la ciencia ni por la más pura razón, aunque el pensamiento cartesiano lo haya intentado e Inmanuel Kant hizo lo propio en sus obras, pero desde otro punto de vista, como sabemos. Por lo tanto me cuesta creer, aunque lo intento a diario, pienso muchas veces en que la razón no puede negar a la fe y tampoco creo que la fe deba negar a la razón. Quiero tener fe en una vida después de la muerte, pero la razón me hace dudar de ello a menudo. “La creencia en algún tipo de sobrevivencia es necesaria para que los hombres puedan vivir”.
Cada fiesta que se sucede en el pueblo, de las que he hablado anteriormente, no cuenta con mi presencia, me tachan de un ser raro, poco sociable, etc. Pero yo no lo puedo remediar.
Tengo muchos amigos de la infancia, los cuales reclaman mi presencia, pero yo la mayoría de las veces, prefiero quedarme en casa con un buen libro o viendo una buena película, porque me llena más. Echo de menos a amigos con los que hablar de mis inquietudes, de reunirme con ellos y entablar conversaciones interesantes donde aborde muchos temas que me inquietan. También me gustaría que me comprendieran, aunque no me dieran la razón por completo. Todo esto hace que me encierre en mi casa, y que me dedique a estudiar. Mi vida está en mi trabajo y en mi despacho, aunque debería buscar alguna razón para que esto cambie.
Soy crítico con la realidad actual, no me gustan los extremos en la vida, soy inconformista con todo y un poco cuadriculado. Pero con esta descripción que hago de mi mismo, puedo decir “que se quién soy”, aunque lo laman a uno de todo, como al señor Quijote de Cervantes, él sabía quién era, pero lo tachaban de loco. Me pregunto, a veces, que si los locos podían ser todos los que les rodeaba, menos él. “La vida es agonía, lucha entre mi intelecto y el sentimiento y pienso que el más trágico problema de la filosofía es el de conciliar las necesidades intelectuales, con las necesidades afectivas”. Yo echo de menos las necesidades afectivas, porque tengo un carácter difícil, pero sin necesidades afectivas no tiene sentido nuestra vida, yo sigo buscando esa afectividad, que se me estoy negando, por culpa de unos ideales muy cuadriculados. “Mi vida como permanente paradoja: El conocimiento racional no puede dar cuenta de lo vital”.
Antes dije que echaba de menos a amigos con los que debatir problemas filosóficos de la vida, pero afortunadamente, cerca de mi casa, tengo a un matrimonio como vecinos y muchas veces me reúno con ellos para compartir opiniones sobre muchos temas.
Me han llamado la atención, lo culto que son, se puede hablar con ellos de muchas cosas, ellos se llaman José y María, cada uno tiene su punto de vista y a mí me gusta escucharlos.
Con José tengo una afición en común, y es que admiramos la famosa obra de Cervantes. Con María, la crítica con las limitaciones que tiene el racionalismo tradicional, el cual ha identificado al ser humano con la razón, dejando fuera el sentimiento, y que ha reducido la realidad al pensamiento. Ella apuesta porque la filosofía y la poesía se unan. Quiere una filosofía creadora, dotada de una intuición poética, que dé cuenta de una realidad que incluya lo plural y lo aparente.
Con José, hablo de muchos temas que me interesan, pero una de las frases que me llaman la atención de José es “que la vida humana es faena poética, invención del personaje que cada cual, que en cada época tiene que ser”.
José piensa que nuestra vida individual, la de cada uno de nosotros, está ligada a una circunstancia y es su punto de partida, en su debate filosófico, el cual mantiene con nosotros. Esta vida nuestra, según José, requiere que tomemos determinaciones continuamente. El piensa que el ser humano debe salir adelante a partir de sus propias decisiones, teniendo en cuenta las posibilidades de cada uno particularmente. El me dice muy a menudo, que nuestra vida se realiza en el tiempo y que nuestro presente y lo que hagamos de él, marcará nuestro futuro. Su frase más peculiar es la siguiente: “Cada cual existe como naufrago en su circunstancia, en ella tiene, quiera o no, que bracear para sostenerse a flote”.
Cuando escucho esta frase me pongo a pensar, y pienso que muchas circunstancias que rodean a los seres humanos, no son las más idóneas para que se mantengan a flote, que por mucho que intente mantenerse a flote, esa circunstancia, de la que habla José, hace que el individuo vuelva a hundirse irremediablemente. Hay muchos problemas en el mundo que no ayudan a que se produzca un dinamismo entre el individuo (el yo) y el mundo. El me cuenta “que la vida es transparente ante sí misma; es lo más patente que existe. Esta se nos muestra de manera inmediata y no requiere, por lo tanto de justificación racional alguna”. Yo tengo un punto de partida, en mi filosofía, que es muy parecido al de José, debemos de partir del ”ser humano de carne y hueso”, “el conocimiento racional, no puede dar cuenta de lo vital”, por lo tanto, en consonancia con mi vecino José, pienso que “vivir no es sólo ser, sino que debemos enterarnos de que se es” (El mundo que nos rodea hay que conocerlo, al igual que nosotros como individuos debemos de ir descubriéndonos).
José piensa que el ser humano necesita saber a qué atenerse y la interpretación que hace de la realidad parte de dos tipos de pensamientos diferentes:
Ideas: Cada cual hace una interpretación de la realidad, esta interpretación se pone en cuestión por todos y estas ideas nos hacen reflexionar. Me gusta este pensamiento, porque en la vida diaria, se debaten muchas ideas, algunas son del agrado de la mayoría, otras rechazadas y criticadas y alguna vez esa idea triunfa y se convierte en creencia que damos por válida sin planteárnosla y se constituyen como parte de la base de nuestra vida. La idea Democracia que surgió en un tiempo, es ya una creencia en nuestra sociedad española, porque ya no hay nadie que la cuestione o la ponga en duda, salvo alguna pequeña minoría.
José me habla del perspectivismo. El niega el yo puro y abstracto como el que conoce, el menciona un yo concreto, el cual está sujeto al acontecer de las cosas del mundo y cuya vida se encuentra ligada a unas circunstancias particulares. La realidad solo puede ser vista desde una determinada perspectiva y muchos fenómenos que pueden integrar esta realidad, pueden que sean ignorados. Yo se que José habla de las diferentes perspectivas individuales (de las circunstancias particulares de cada individuo) y hace mención ha que no habrá una verdad integral, si esas perspectivas individuales no se unen. Yo le he preguntado a José que significa esto y él me recalca lo siguiente: “El individuo y su generación se encuentran con una realidad determinada por las circunstancias” (en el momento actual, podríamos hablar de la situación, por la que pasa nuestro país y qué deberíamos aportar como individuo y sociedad, para que todo esto mejorara. Habrá que reinventarse como sociedad y como ser individual). José reniega de una vida guiada por esquemas morales abstractos (de los cuales hemos visto en la vida muchos, como en Descartes). José reclama la fuerza de la vida, la capacidad de ser uno mismo y la invención constante del individuo como característica de una vida auténtica.
Mi vecina María, compañera de José, la cuál es crítica con las limitaciones del racionalismo tradicional, que siempre ha identificado al ser humano con la razón. Ella reclama una filosofía poética que dé cuenta de toda la realidad, porque todo no se reduce a la razón, porque tenemos en lo más profundo de nuestro ser, unos sentimientos que deben descubrirse. El ser humano debe lanzarse a ensalzar esos sentimientos, a la intuición directa y no debemos identificarlo todo con la razón (“Lo más profundo de nuestro ser, posee un carácter enigmático y sagrado”). Tampoco reducirlo todo a la demostración. María como compañera de José tiene muchas cosas en común, pero ella es más sensible, porque reclama esta razón poética, de la que he hablado anteriormente y José la razón como vital e histórica.
Fin.
He apostado con una apuesta narrativa, he querido meterme en el papel de Miguel de Unamuno, porque, al igual que él, busco lo mismo, pero no lo encuentro, por las razones que he expuesto en la narración. Pienso que tengo un poco de Unamuno, por lo menos de su pensamiento, porque de su habilidad literaria, pienso que poco. A Ortega y Gasset le he dado el papel de un vecino, al cual no tengo, que hubiera gustado tener, para hablar de estas cosas tan interesantes. De Ortega y Gasset, puedo decir que no estoy muy de acuerdo con su razón vital e histórica. Como he dicho en la narración, hay muchas circunstancias en la vida, que no dan la oportunidad al individuo y a la sociedad de reinventarse, también creo que en su época ocurriría lo mismo, porque él no vivió un presente cómodo. En primer lugar pienso que Ortega, debería haber empezado a machacar con su filosofía al régimen franquista, para que empezara a reinventarse el mismo y con ello, los ciudadanos hubieran partido de unas circunstancias distintas a las que tuvieron. Pienso que Ortega se equivocaba, que para que esto ocurriera, las circunstancias deberían ser propicias siempre, que el ser humano hubiera tenido siempre la oportunidad de poder hacerse a sí mismo. Yo para criticar a Ortega, me remito a Hegel, el cual hablaba de una totalidad y esto es lo que ocurrió en España, el régimen de Franco, se adueñó de la totalidad de lo real y con ello a toda la sociedad española, negando muchas libertades a los individuos. De María Zambrano que decir, pues la entiendo, porque filosofía y poesía deben ir de la mano, pues en lo más profundo de nuestro ser, hay más cosas interesantes y una de las maneras más bonitas de sacarla a flote, es a través de la poesía. Nuestro paisano García Lorca fue un ejemplo de poeta, el cual arrancaba, de nuestro más profundo ser, cosas, que la más pura razón no es capaz de sacarla.
Para finalizar este último apartado, me gustaría hacer mención a la Generación del 98, la cual hizo una profunda reflexión del problema de España. Miguel de Unamuno, como integrante de esta generación, fue crítico con muchas cosas que ocurrían en su época (criticó a la dictadura de Primo de Rivera, a la república, al régimen franquista, etc.). Me gustaría que en nuestra época hubiera muchos individuos como este personaje.
ESTOS SON APUNTES ESCOGIDOS DE LA WIKIPEDIA:
"Ya sé que estáis esperando mis palabras, porque me conocéis bien y sabéis que no soy capaz de permanecer en silencio ante lo que se está diciendo. Callar, a veces, significa asentir, porque el silencio puede ser interpretado como aquiescencia. Había dicho que no quería hablar, porque me conozco. Pero se me ha tirado de la lengua y debo hacerlo. Se ha hablado aquí de una guerra internacional en defensa de la civilización cristiana. Yo mismo lo he hecho otras veces. Pero ésta, la nuestra, es sólo una guerra incivil. Nací arrullado por una guerra civil y sé lo que digo. Vencer es convencer, y hay que convencer sobre todo. Pero no puede convencer el odio que no deja lugar a la compasión, ese odio a la inteligencia, que es crítica y diferenciadora, inquisitiva (mas no de inquisición). Se ha hablado de catalanes y vascos, llamándoles la anti España. Pues bien, por la misma razón ellos pueden decir otro tanto. Y aquí está el señor obispo [Plá y Deniel], catalán, para enseñaros la doctrina cristiana que no queréis conocer. Y yo, que soy vasco, llevo toda mi vida enseñándoos la lengua española que no sabéis. Ese sí es mi Imperio, el de la lengua española y no..."Miguel de Unamuno (Núñez Florencio, 2014, p. 37).nota 7
¡Mueran los intelectuales! ¡Viva la muerte!
"Acabo de oír el grito de ¡viva la muerte! Esto suena lo mismo que ¡muera la vida! Y yo, que me he pasado toda mi vida creando paradojas que enojaban a los que no las comprendían, he de deciros como autoridad en la materia que esa paradoja me parece ridícula y repelente. De forma excesiva y tortuosa ha sido proclamada en homenaje al último orador, como testimonio de que él mismo es un símbolo de la muerte. El general Millán Astray es un inválido de guerra. No es preciso decirlo en un tono más bajo. También lo fue Cervantes. Pero los extremos no se tocan ni nos sirven de norma. Por desgracia hoy tenemos demasiados inválidos en España y pronto habrá más si Dios no nos ayuda. Me duele pensar que el general Millán Astray pueda dictar las normas de psicología a las masas. Un inválido que carezca de la grandeza espiritual de Cervantes se sentirá aliviado al ver cómo aumentan los mutilados a su alrededor. El general Millán Astray no es un espíritu selecto: quiere crear una España nueva, a su propia imagen. Por ello lo que desea es ver una España mutilada, como ha dado a entender.
Este es el templo del intelecto y yo soy su supremo sacerdote. Vosotros estáis profanando su recinto sagrado. Diga lo que diga el proverbio, yo siempre he sido profeta en mi propio país. Venceréis pero no convenceréis. Venceréis porque tenéis sobrada fuerza bruta, pero no convenceréis porque convencer significa persuadir. Y para persuadir necesitáis algo que os falta en esta lucha, razón y derecho. Me parece inútil pediros que penséis en España."
El mismo día del incidente, el Ayuntamiento se reunió en sesión secreta y decidió retirarle al escritor el acta de concejal.El proponente, el concejal Rubio Polo, motivó su expulsión:
"Por España, en fin, apuñalada traidoramente por la pseudo-intelectualidad liberal-masónica cuya vida y pensamiento [...] sólo en la voluntad de venganza se mantuvo firme, en todo lo demás fue tornadiza, sinuosa y oscilante, no tuvo criterio, sino pasiones; no asentó afirmaciones, sino propuso dudas corrosivas; quiso conciliar lo inconciliable, el Catolicismo y la Reforma; y fue, añado yo, la envenenadora, la celestina de las inteligencias y las voluntades vírgenes de varias generaciones de escolares en Academias, Ateneos y Universidades".18
UN SALUDO DE Viajero en el Tiempo
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